Cuando pensamos en la calidez y seguridad que nos ofrece un abrazo, muchas veces subestimamos el poder que tiene la voz de una madre. Este elemento, a menudo omnipresente en nuestras vidas desde la más tierna infancia, es capaz de influir profundamente en nuestro bienestar emocional. En este artículo, exploraremos cómo la voz de una madre puede tener el mismo efecto reconfortante que un abrazo y qué implica esto para el desarrollo emocional de los hijos.